Informe 44 Aniversario Misión RAHMA
20 y 21 de enero 2018
Darío Silva – Eltiarem
Una vez más llegaba al desierto de Chilca, esta vez para un nuevo encuentro mundial, el 44 aniversario de Misión Rahma. El reencuentro con viejos amigos y hermanos en el camino me lleno de alegría recordando salidas y encuentros a lo largo de los años. Más de 120 personas de Perú y de varios países del mundo nos reunimos en las místicas arenas del desierto, repletas de las huellas de cientos de personas que a lo largo de estos 44 años fueron dejando plasmadas sus experiencias y el conocimiento que guías y maestros fueron entregando.
El 44 no es un número más, es una clave activadora que encierra una simbología y a la vez un mensaje que nos habla de estar en el lugar correcto, de la preparación y la actitud positiva de aplicar todo lo aprendido, de grandes cambios y transformaciones. Pero este mensaje es para el día a día para estar consientes y predispuestos, para ser parte de esa gran comunidad mental de seres que en todo el planeta laboran por el cambio y la transformación de una nueva humanidad que crece en un nuevo tiempo.
Ver a Miguel Morales con su entrega y perseverancia y a los demás hermanos que fueron colaborando en el desarrollo del encuentro me hizo acordar de los mensajes de los guías que en el año 2009 en el encuentro en Punta Colorada – Uruguay nos hablaban de la preparación de los instructores del nuevo tiempo. Los guías están apoyando, solo falta que nos auto convoquemos y nos animemos a dar el paso al siguiente nivel.
Los mensajes canalizados hablaban de entrega de cristales de cesio y paso xendra. Daniel Lage amigo y hermano de los grupos de Lima se encargo de preparar al grupo que recibiría la iniciación. Junto con otros hermanos lo acompañamos para apoyar, el lugar elegido estaba cargado de energía al poco rato de que el grupo se predispuso, apoyado por los mantras ya se podían ver las proyecciones de los cristales en las palmas de las manos.
Terminada la recepción de cristales nos fuimos acercando al xendra se fue conformando un grupo de siete personas pero vi que venía Patricia Portela así que decidí que pasara ella. Con Claudio y otras personas nos quedamos a la distancia apoyando y esperando nuestro turno. De donde estaba podía ver claro el xendra, me concentre para apoyar sintiendo la presencia del guía Sampiac.
Al salir el grupo vi como el xendra bajaba de intensidad desplazándose unos cuantos metros hacia atrás. Enseguida llego Miguel con el resto de la gente, poco a poco fueron pasando al xendra, la noche se hizo larga y el cansancio se empezó a sentir así que me retire a descansar.
Fue una salida corta y productiva que dejo mucho en el compartir con los hermanos y las experiencias y mensajes de los guías, que marcan los trabajos a realizara a futuro.
Comunicación: 14/12/17
Lugar: Montevideo (grupo 3333)
Antena: Darío Silva (Eltiarem)
¿Que se espera para el encuentro del 44 aniversario de la Misión? Sampiac y Etel en contacto, proyectados desde nave cercana.
…Para el 44 aniversario de la misión serán pocos pero a la vez muchos unidos de mente y corazón, esto facilitara la apertura de portales que los conecten con nosotros y los maestros como para poder ver e interpretar lo que se ha vivido y lo que se vivirá. Fin de un siclo y comienzo de otro pero con mayor conciencia, conocimiento y compromiso…
Marcahuasi 23,24 y 25 de enero 2018
En diciembre me comunique con Ligia para tener más detalles del encuentro del aniversario, de repente me surgió decirle algo que venía sintiendo hacia algún tiempo le pedí que le recordara a Miguel la invitación que hacía ya algunos años le había hecho para ir a Marcahuasi. Para mi sorpresa me respondió inmediatamente que sí. A partir de ahí se fueron dando una serie de confirmaciones donde otros hermanos se fueron sumando llamados por un fuerte sentir interior.
“…Marcahuasi los conectara con la historia de un pasado remoto que deben recordar, la clave Atlante estará presente en sus mentes y corazones. Únanse en amor y armonía para que las ventanas dimensionales proyecten lo que está guardado ahí, los maestros los aguardan.”
Junto con Miguel Morales y Walter Garmendia de Perú, Ligia Nubia Velásquez de Colombia, Susana Gavilanes de Ecuador, Patries Van Elsen de Holanda, Cristian Sánchez Barros de Argentina, Patricia Portela, Claudio Pena Diego Roca de Uruguay, conformamos el grupo diez hermanos que viajaríamos a Marcahuasi.
El día previo salimos a hacer las compras necesarias para el viaje, también aprovechamos para compartir con Nimer Obregón amigo y hermano de tantos años y del último viaje a Paititi del 2010, que hacía tiempo que no veía. El nos compartió varios detalles para el viaje aprovechando su experiencia y conocimiento de la zona, mas en esta época que el clima no es nada benévolo en la meseta, por el frio extremo y las intensas lluvias.
Salimos de Lima en una camioneta que nos llevo al pequeño pueblo de San Pedro de Casta. Al llegar contactamos con la persona que nos alquilaría los burros y los caballos, luego de cargar todo nuestro equipaje comenzamos el ascenso primero en un auto y luego en una caminata que nos llevaría más de tres horas. Una intensa neblina nos cubría impidiendo ver más allá de tres metros a la redonda.
Walter sugirió hacer un trabajo de armonización con los elementos de la naturaleza y pedir permiso a los guardianes y maestros para poder ingresar al lugar, pero como la mujer es la que abre la puerta les dimos paso a las chicas del grupo para que ellas dirigieran la conexión.
A penas terminamos y abrimos los ojos nos sorprendió el hermoso paisaje de la montaña, la niebla se había retirado completamente confirmando una vez más que si uno va en paz y armonía todo se puede lograr a pesar de las pruebas del camino. Seguimos nuestro recorrido subiendo la montaña, guiados por Miguel fuimos con paso seguro. La altura empezó a afectar en algo a Claudio pero eso dio pie para que saliera lo mejor de cada uno unificándonos y conectándonos como hermanos del tiempo.
A cada paso el paisaje se hacía más mágico descubriendo en cada roca rostros e imágenes de animales, llegamos a un lugar bastante plano, a unos diez metros había dos rocas grandes y altas una de cada lado del camino, ahí nos sentamos a descansar. Susana sugirió hacer silencio para conectarnos con el lugar, algo me hizo girar la cabeza, por el camino se acercaba a ras del suelo una neblina blanca deteniéndose en las dos grandes rocas, en ese momento me vi en Paititi, recordando cuando la Dama de Luz se proyecta a través del cañón del Mecanto.
Cerré los ojos y me pare con los brazos flexionados y las palmas hacia el frente sintiendo una suave energía que envolvió a todo el grupo, enseguida sentí la presencia de la Dama de luz que nos daba la bienvenida comprendiendo que esa era la puerta de entrada al Altar de los Dioses. Seguimos nuestro camino, poco antes de llegar nos cubrió de nuevo la neblina y empezó una lluvia suave, esto no nos desarmonizo, por el contrario parecía que nos cargaba de energía guiados por Miguel llegamos a la laguna Cachu Cachu. Patricia y Diego ya habían llegado armando una carpa para refugiarse de la lluvia. Entre todos armamos el campamento mientras terminaban de llegar el resto de los burros con las mochilas.
Cuando terminamos de armar las carpas se retiraba la poca luz del sol que quedaba. Un intenso frio descendió sobre la meseta, busque abrigo rápidamente ya que solo tenía una remera y una fina campera que apenas me abrigaba, la temperatura de mi cuerpo bajo rápidamente y eso me hizo sentir mal, me abrigue y me metí en la carpa, al cabo de unos rato ya estaba repuesto. Como seguía lloviendo Diego me pidió para hacer una meditación para armonizar a los elementos, así lo hicimos, al rato empezamos a escuchar que de las otras carpas mantralizaban, nos unimos a ellos.
Pensando en salir para comenzar los trabajos de meditación me di cuenta que el grupo había decidido descansar y reponer fuerzas para el otro día, me metí en el sobre para estar abrigado, paso un rato no se cuanto cuando me vi fuera de la carpa, tome conciencia del plano astral en un desdoblamiento que me permitía estar consciente de que mi cuerpo seguía en la carpa pero yo afuera podía ver todo con gran nitidez y detalle.
Empecé a sobrevolar la zona por encima de la laguna, en determinado momento algo me impulso a introducirme en unos túneles y galerías que estaban a un costado de esta entre los cerros. Empecé a recorrer un túnele de piedra tallada, este era más ancho en la parte de abajo y más angosto arriba, no sé cuanto recorrí hasta que llegue a una intersección con otro túnel, algo me detuvo no pude continuar quede parado esperando, es así que empecé a escuchar unos pasos que se acercaban parecían pisadas de alguien muy grande por el ruido que escuchaba.
Por el túnel llegaron tres seres muy grandes y altos median unos dos metros y medio de altura o más, con trajes apretados al cuerpo que dejaban notar una gran musculatura parecían guerreros cósmicos sus rostros dejaban ver rasgos marcadamente felinos eso me sorprendió, me sentí algo intimidado pero no sentí miedo ellos se detuvieron y me observaron sin decir palabra, luego continuaron caminando por el otro túnel llegando a una habitación cuadrada de unos cinco por cinco metros.
Estos seres se pararon en fila contra una de las paredes yo quede en el centro de la habitación observando. Ahí me di cuenta de que estaba acompañado por alguien mas que era el que me indicaba que hacer, era un anciano de túnicas blancas de cabellos largos y canosos sentía que era un Maestro aunque no supe su nombre. La habitación se empezó a iluminar de una luz dorada brillante que salía de la piedra, ahí me di cuenta que las paredes estaban repletas de símbolos grabados, parecían runas.
Parecía que la pared latía y con cada latido los símbolos se proyectaban en luz y energía hacia mí a una velocidad increíble la cual no podía retener ni interpretar, fui mirando y girando para ver cada pared. Llegó un momento en que me vi como saturado de tanta energía parecía que todo mi ser se expandía así que pedí para que culminara la experiencia. Al pensar esto me veo nuevamente en la carpa acostado, abrí los ojos y vi a los chicos profundamente dormidos mi mente seguía repasando las imágenes de los túneles.
Recosté la cabeza y cerré los ojos nuevamente para poder dormir, al hacerlo veo en mi mente unos ojos de felino de mirada penetrante esto me sobresalto pensando que volvería a los túneles pero aparezco nuevamente afuera de la carpa y a unos diez metros había un jaguar todo negro observándome fijamente, rápidamente pegó un salto corriendo en dirección a la laguna donde giro de nuevo a observarme y se perdió por entre las rocas.
Al despertar serian como las cinco y media de la mañana, salí de la carpa el cielo estaba despejado permitiendo ver todo el lugar bañado de los primeros rayos del sol. El grupo dormía me fui a recorrer el lugar recordando la experiencia de la noche y tratando de ver por donde se había ido el jaguar. Llegue a un lugar muy hermoso, el agua corría montaña abajo ahí me senté a meditar me di cuenta que Marcahuasi es un lugar mucho más grande y mágico de lo que imaginaba.
En la meditación sentí que me mostraron las entradas físicas de los retiros de la hermandad Blanca, pero este no era el momento para ubicarlas. Volví al campamento, poco a poco el grupo fue despertando. Nos reunimos para hacer los primeros trabajos y la meditación solar y tratar entre todos de confirmar el lugar donde el grupo de Lima había sentido una puerta dimensional de conexión con el mundo intraterreno.
Salimos a recorrer el lugar y hacer los primeros trabajos en la pared de roca, el lugar me recordó mucho a Los Altares en la Patagonia Argentina donde hacía poco los guías nos habían convocado a trabajar con el disco solar. La constante visitas de turistas había dejado desperdigado residuos por todos lados. Más tarde regresarías para limpiar el lugar recogiendo todo en bolsas de residuos.
Susana realizo un trabajo de transmutación del agua en donde dejamos una ofrenda en la laguna, en ese momento descendió en todo el lugar una increíble energía envolviéndonos en una profunda paz y armonía. Parecía que el tiempo se detuvo por unos instantes y la presencia de la dama de luz fue muy clara sobre las aguas de la laguna como agradeciendo nuestra labor en este santuario de la naturaleza.
Poco a poco fuimos volviendo al campamento el cielo se había cubierto de nubes y empezó a granizar, podía ver la felicidad en el rostro de todos disfrutando de ese momento hermoso que realmente era un regalo de la naturaleza. Un rayo de sol salió entre las nubes iluminando de dorado el cerro que estaba detrás del campamento formando un arcoíris, simbólicamente sellando el trabajo realizado.
La tarde continuo alrededor de la fogata entre mates, charlas y risas fortaleciendo la unión y la sintonía del grupo. Al llegar la noche nos reunimos a meditar para pedir comunicación y pautas de trabajo. La presencia de los guías no se hiso esperar, en ese momento el viento cambio de dirección y el humo de la fogata se vino sobre mí. Me tuve que cambiar de lugar vi que algunos hermanos estaban recibiendo mensajes así que me predispuse a apoyar, al concentrarme nuevamente sentí la presencia de Sampiac que me decía “confíen nos verán”.
Al terminar la meditación cada uno leyó sus mensajes. Estos hablaban de que a las once los veríamos y de la recepción de cristales cristicos, así que esperamos un rato para ver si se confirmaban con el avistamiento. Once en punto apareció la nave, así que nos preparamos para que Ligia, Susana, Patricia, Claudio y Diego recibieran los cristales.
El cielo se había despejado completamente dejando ver un manto de estrellas y la luna que iluminaba todo el valle de la laguna. Poco a poco se fueron formando los pequeños cristales en las palmas de las manos y de a uno se los fuimos incorporando generándose una profunda emoción en cada uno de los hermanos y en todo el grupo.
A media noche volvimos a la pared de roca para abrir la puerta, en dos grupos de cinco nos acercamos a hacer dermoptica. Antes de pasar ya podía sentir la energía y mentalmente veía como se abría una puerta dejando ver un túnel en la roca. Al acercarme y apoyar las manos me vi dentro de una caverna delante mío estaba la Dama de Luz junto con tres seres, eran ancianos de túnicas blancas de apariencia de nórdicos con sus pelos y barbas blancas uno de ellos fue el que vi en la experiencia en el astral.
Entonces siento que la Dama de Luz me habla.
“La experiencia que has tenido en el astral también la han vivido tus hermanos, esa información está guardada en estas galerías custodiada por los maestros. Ella les ayudara para comprender e interpretar lo que se vivirá en estos próximos meses. Este año volverán a Paititi en un nuevo viaje de misión, catorce serán, pronto recibirán mas pautas.”
Nota: hace más de dos años que los guías a través de mensajes y diferentes experiencias confirmadas por avistamientos como el que me ocurriera en enero del 2017 junto a Hugo Piriz y varios hermanos del grupo donde por más de quince minutos la nave por encima del grupo fue respondiendo a través de fogonazos las distintas preguntas que les formulábamos referentes a un nuevo viaje a Paititi para agosto del 2018, como también las comunicaciones de varios hermanos del Uruguay y de otros países que se comunicaban conmigo para contarme o preguntar la posibilidad de un nuevo viaje.
Volvimos al campamento a descansar. A la mañana desarmamos las carpas, al llegar los burros cargamos las mochilas y emprendimos el regreso recorriendo la meseta. Ahora con el cielo despejado y sol iluminando cada roca permitía apreciar con claridad las formas mágicas que el tiempo ha dibujado. Al llegar a la roca del rostro de la humanidad a uno le viene a la mente los recuerdos y anécdotas de Sixto en su primer viaje de conexión con la hermandad blanca.
Cuando empezamos a descender para llegar al lugar donde nos esperarían los autos para llegar al pueblo nos detuvimos a descansar en uno de los miradores del camino. Ahí como si fuera una despedida paso volando a baja altura y despacito sobre el grupo un cóndor, simbólicamente la representación del “Mensajero de los Dioses” para los Incas nos saludaba desde el “Hanan Pacha” en El Altar de los Dioses.